"Hoy tengo la muerte ante mí:
Como un remedio para el enfermo,
Como salir a un jardín
Tras la enfermedad
Hoy tengo la muerte ante mí:
Como el olor de la mirra,
Como sentarse bajo una vela
Con buen viento
Hoy tengo la muerte ante mí:
Como la corriente de un arroyo,
Como la vuelta de un hombre
Del barco de guerra a casa
Hoy tengo la muerte ante mí:
Como el hogar que un hombre ansía ver,
Después de muchos años prisionero."
Canción en "El son de sus alas", Sandman, de Neil Gaiman
Te escribo estas líneas desde el recuerdo. Hacía años que no te veía, pero siempre estaba pensando "a ver si le pego un toque y nos vemos en una de estas". Siempre hubiera habido tiempo para una cerveza, de las que nos dejamos pendientes, o de corrernos una buena juerga, incendiando todos los garitos heavys de Madrid en el proceso.
¿Por qué no te llamaba? Siempre había alguna excusa para no coger el teléfono. "Es muy tarde". "Bah, seguro que ya ni se acuerda de mí". "Mejor mañana".
Lo jodido es que ahora sí que es tarde, ¿verdad?
Te has ido sin decir adiós, sin avisar, sin un ruidito. Atrás queda tu amor por la música, los gatos, y otras cosas que quedan para oídos amigos en ámbitos mucho más privados. Queda aquí el recuerdo de los que te conocimos, de los que en algún momento compartimos aunque fuera unas risas contigo.
25 años, y has tenido la poca decencia de marcharte sin tomarte una última caña conmigo. Ya te vale.
¿Qué puedo decirte, Laura?
Nos veremos al otro lado de la Eternidad.
Mientras tanto, dos canciones.
La que es sólo para ti.
Y la que queda para mí.
Nos vemos.
2 comentarios:
Perder a un amigo es una de las experiencias más duras por las que puede pasar una persona. Y te lo digo porque lo sé.
Un abrazo enorme, Kata.
Gracias, guapo. Sobre todo es la sensación de no poder volver a reírte, a compartir una cerveza, las cosas pequeñas... que en definitiva, son las más grandes.
Un abrazo enorme para ti también ;)
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