lunes, septiembre 13, 2010

En busca de inspiración

A la hora de crear algo, un relato, un cómic, un cuadro, una canción, siempre se habla de "la inspiración", como última causante, como el chispazo que lo prende todo.




La verdad es que la obra siempre tendrá un 95% de trabajo, sudor y lágrimas y un 5% de inspiración, o un porcentaje similar. Sin embargo, pese a que el grueso de la obra siempre será currar, currar y currar, hay formas de ayudar a coger ideas y que nuestro trabajo parezca más inspirado.

He aquí algunas de las que usa este humilde servidor de ustedes...

*Apuntar-descartar: El papel y el lápiz, nuestros viejos amigos. Esbozar ideas, si tenemos un tema sobre el que queramos hablar siempre será más fácil, pero si no siempre podremos recurrir a apuntar todas las ideas generales, de escenas y de encuadres, enfoques o lo que sea que vayamos a tratar. Cuando creamos que tenemos suficientes, ver cuáles nos resultan más atractivas para trabajar sobre ellas, pensar en cuales podrían funcionar, y, con el tiempo, dar carpetazo definitivo a las que realmente vemos que no tienen futuro.

*La documentación: como ya tratamos aquí, sigue siendo una herramienta valiosa. Cuanto más sepamos sobre un tema, más fácil nos será contar algo sobre él, o extrapolarlo y transformarlo en lo que nos conviene, y nos resultará más sencillo crear algo que funcione por sí mismo.




*Ver películas, leer libros, oír canciones, mirar ilustraciones: las influencias y el bagaje cultural son también un factor de peso en nuestra creación. Sin llegar al plagio, pero sí a inspirarnos por una imagen evocadora, por una historia de la que beber, por ver cómo otro narrador ha resuelto una situación análoga a la nuestra, podremos crear nuestra propia solución o tener el chispazo de salida para nuestro proyecto.

*Meditar: A veces, la opción de retirarnos del mundanal ruido, en silencio, y dejar que la mente se relaje es la forma de hacer que nuestro pensamiento vuele y nuestras ideas afloren, listas para usarse.

*Hacer cualquier otra cosa: A veces, centrarse y obsesionarse demasiado nos bloquea. Distraerse y concentrarse en otra cosa mientras nuestro subconsciente trabaja en el problema es aconsejable a veces. No será la primera vez que oigo "puf, cuando estoy en el trabajo/en clase se me ocurren miles de ideas, pero cuando me intento poner a escribir estoy seco".

Ahí van mis sugerencias. ¿Se os ocurre alguna otra opción?

¡Un saludo!


2 comentarios:

Piteas dijo...

Creo que tienes razón: la inspiración es a la lírica, lo que la serendipia es a la ciencia. Nos gusta pensar que, de repente, aparece una idea, y esta aparta a todas las demás, abriéndose paso en una tempestad de éxtasis creativo.

Pero lo cierto es que, incluso cuando la situación es esa, nos olvidamos de las horas que nos hemos pegado empapándonos de otras cosas, que finalmente nos han servido de fuentes.

Omitimos las malas ideas que hemos desechado - que en cierta medida no son sino esbozos de las buenas -, y ocultamos las "falsas salidas" (en las que abandonamos desesperados ante un callejón sin salida).

¡¡Y eso solo en la génesis!! Si habláramos de los repasos, las correcciones, los últimos toques... pero eso es como el trabajo administrativo: no se luce.

Yo, como no me dedico a esto de forma profesional, admito que tengo a la musa muy consentida: escribo cuando me viene, y mientras tanto me empapo de todo lo que puedo (y me gusta). Pero, incluso siendo así,me fuerzo de vez en cuando a ir haciendo cosas (desenterrar proyectos, escribir cuentos, plantear reseñas) para no caer en el “escribo para desahogarme”. ¡A veces incluso comento en tu blog!

Pienso que crear es cuestión de experiencia: se aprende trabajando, estozolándote, y volviendo a levantarte. Desacralizo mis gustos, mezclo cosas y me divierto con el resultado. Y, ante todo, humildad: hace menos amargas las caidas y mas dulces los logros.

katakraos dijo...

No podría estar más de acuerdo, Piteas.