Limpieza

Cualquier actividad humana acaba generando objetos de desecho, y basura que hay que retirar. La vida en sí no es una excepción. Hay veces que se te quedan agazapados jirones de recuerdos, sentimientos enquistados y lindezas semejantes. Todo eso necesita ir limpiándose a lo largo del tiempo, a su ritmo. algunos se agarran en sitios tan inaccesibles que sacarlos hace daño, pero cuando ya sueltas todo el pus y toda la mugre, te sientes mejor.



Decía un amigo mío que el alma no es diferente de cualquier otro lugar a este respecto, que si no te quitabas las telarañas de la misma, se enquistaban y de simples arañitas pasabas a tener migalas de las que daban miedo...

Así pues, es necesario dedicarse a la limpieza, pero a veces, el plumero que tienes que utilizar no está en la tienda, no ha llegado la escoba, o el símil que prefieras. Es sólo cuestión de tiempo y aguante. Un día, en un momento, algo cristaliza y te facilita la quema de rastrojos, y la purificación.

Es cuestión de tomarse el tiempo que haga falta, y de no vacilar a la hora de coger el mocho.