viernes, junio 18, 2010

Maestros y alumnos

Aprender.

Es toda una aventura.


La ignorancia suele ser arrogante y atrevida. No hay mayor impedimento para el aprendizaje que pensar que ya se sabe todo, que no queda nada más que investigar, que descubrir. Ese camino lleva al estancamiento, y a que otra gente con mucha mayor disposición que nosotros nos adelante.

Es típico del orgullo del ignorante creerse mucho mejor de lo que uno es. Me viene a la cabeza un chico de un foro de música en el que estaba hace tiempo, con una carencia total de sentido del ritmo. En su ignorancia, preguntaba (cosa que no es mala en sí, es la forma de aprender) pero siempre que le daban una respuesta, en vez de escuchar, contestaba con excusas a todo lo que se le decía. Finalmente un día llegó a decir que si pensábamos que había creado un nuevo estilo de música. "Arritmic metal" fue la contestación de otro forero, bastante acertada.

Lo bueno es que este chico parece que aprendió algo de humildad, hoy en día sigue tocando, y espero que mejorando.

De joven, cuando empecé a tocar la guitarra y a meterme con la música, estaba emperrado en no saber nada de solfeo, y empecé a inventarme un sistema de números para manejar las notas... innecesariamente complicado. Afortunadamente, gracias a que tuve en suerte gente que me enseñó bien, pude rectificar.

Y es aquí donde se debe reivindicar la importancia de un buen maestro. El autodidacta puede tener buenas ideas, pero tiene el problema de que su maestro es un ignorante. En cambio, un buen maestro puede sacar cosas de ti que no tenías ni idea que guardabas, y hacerte el viaje mucho más fácil, más rápido, y más ameno. Dicho esto, es responsabilidad del estudiante trabajar para conseguir que los conceptos, las ideas, las técnicas, cuajen en su interior, y den fruto.

Además, cuanto más aprende uno, se da cuenta de que aún hay muchas más cosas que aprender y que investigar, es algo que nunca acaba.

Mi padre, profesor de judo, siempre me dijo que era un campo donde nunca dejabas de aprender. La música, la narrativa, el cómic, la actuación, el encaje de bolillos... creo que cualquier área del conocimiento humano siempre tiene sitio para más y más contenidos. Lo cual hace que entiendas cada vez más la frase de Sócrates: "Sólo sé que no sé nada". Uno es siempre un eterno aprendiz. Puede llegar, con tiempo y trabajo, a ser maestro para otros, pero un verdadero artista, o una personalidad mínimamente inquieta siempre estará en búsqueda permanente de esos secretos que se hallan justo un poco más allá de sus dedos...



... pero que con tiempo y paciencia, y aplicación, pueden ser descubiertos. Hay que tener esa pequeña chispa de curiosidad, y querer seguir aprendiendo. Y es un viaje maravilloso.

Una vez que franqueas la puerta, y eres tú el que enseña... tampoco dejas de aprender. A veces, inconscientemente, un buen alumno se convierte en el mejor maestro. Preguntas interesantes, inteligentes, que hacen que investigues y pienses para poder responderlas, y que te hacen aprender a su vez.

Nunca se acaba.

Y esa es la grandeza de esto.


3 comentarios:

david dijo...

Qué razón llevas, se me ocurren dos citas que vienen a cuento, una no sé de quién es y dice:" soy autodidacta, todo lo que ignoro me lo debo a mí mismo", y otra es de Bach: "cualquiera que haya empeñado el mismo esfuerzo que yo puede acceder al mismo resultado", (o algo parecido, perdón pero cito de memoria).

david dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
katakraos dijo...

Como en parte tú me enseñaste, el trabajo es fundamental para llegar a hacer algo.

Y desde luego, esa es una lección que nunca agradeceré lo suficiente haber aprendido